La falsa inspiración.

No se va a terminar nunca,
porque me sirve.
Es como esa relación toxica
del escritor con el vino,
donde siente que, sin el vino,
no escribe lindo.

Así, él es como el vino.
Bendita inspiración...

Y resultó que no fue el amor el que me hizo daño,
la falta de el fue lo que me abrió el pecho,
de par en par.
Duele lo que no es reciproco,
ni correspondido.
Duele que en la suma,
uno de los dos, reste.
Amar no lastima,
lastima que no nos amen.

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