Encuentros sin sabor.

Quizás no nos digamos adiós,
tampoco voy a oír de su boca un "mi amor"
porque tan solo un capricho,
aislado de sentimientos,
es lo que soy.
No es que sienta amor,
si deseo...
Puede que por eso
sea pasado, presente y futuro.

No hay fecha exacta
ni de inicio
ni de fin,
tal vez por eso
los años pasen como hojas,
entre tantas historias,
besos, risas,
desencuentros,
chocolatinas,
juegos y seriedad.

Lo único seguro, entre él y yo,
es nuestra historia sin fin,
y sin trama.

Casuales encuentros,
maquillados de amor,
que no saben lastimar
ni tampoco construir.

Él es eso,
-el capricho de amor, que una dama
no debe tener-.

Y aunque lo sepa,
me gusta jugar.
Jugar a que tendremos tiempo para amar.



Comentarios

Entradas populares de este blog

El Principito.

Seguir la intuición.

La era de no amar...