La era de no amar...
En el fondo todos estamos un poco rotos, faltos de amor...
Y es que en una actualidad que nos llevó a creer que amar es ser débiles, empezamos a ocultar los sentimientos por miedo al qué dirán, a ser rechazados, a parecer demasiado intensos, locos, estupidos.
Y sí, puedo entenderlo, ¿quién no ha sido víctima? ¿Quién no ha escrito un mensaje y en lugar de presionar “enviar” lo borró?
¿Quién no dudó de los sentimientos del otro?
Nos convencimos tanto de que el amor está sobrevalorado, que lo único que necesitamos es algo de una noche, pasajero, sí total somos animales, con un poco de contacto físico, algunas mentiras y un poco de sexo, era más que suficiente.
Pero después llega el vacío, al pasar el tiempo nos encontramos con un hueco que crece, se agiganta el agujero en el pecho y parece que no encontramos el motivo, seguimos buscando llenar los vacíos de formas erróneas.
Y sí, amar lastima, pero no amar lastima el doble.
Todos necesitamos en algún punto alguien que simplemente nos abrace para dormir, que en lugar de “querernos” porque somos “muy lindos”, nos muestre otra perspectiva, si al fin y al cabo las relaciones nos hacen crecer, nos ayudan a ser mejores, superarnos en el proceso...
Sí, puedo entender el miedo a un compromiso, es más, también soy víctima, y es que amar puede dejarnos vulnerables... pero es que tenemos un concepto un tanto erróneo de vulnerabilidad, como sí eso fuera algo malo.
Yo creo que la vulnerabilidad en realidad es permitirnos mostrarnos de una forma transparente, con todos nuestros miedos, y sí, es exponernos en cierto punto y poner todos nuestros puntos blancos sobre la mesa, es como apuntar con un láser, directo al corazón, dejándolo al riesgo de que un simple movimiento pueda disparar el gatillo y lo deje en mil pedazos, pero ¿cuánto más vamos a seguir perdiendo, por no arriesgarnos?
Comentarios
Publicar un comentario