Tal vez siempre se distinguió la r a z ó n del c o r a z ó n, pero en mí, ellas dos van de la mano, si te pienso mi corazón es feliz, y si te vas sólo tu imagen va a quedar intacta en mi mente. Algunos dicen que la razón no entiende al corazón y viceversa. ¿Qué acaso no pueden pensar y sentir lo mismo?, yo si no te siento no te pienso, y si no te pienso me pierdo y si me pierdo no soy nada, y si no soy nada es porque vos te vas. Yo no quiero que dejes vacío este corazón, yo no me quiero quedar atrás en tu vida, no soy la culpable de quererte tanto así, de dejar que el corazón lata a mil por vos, que mi mente sea como un álbum de fotos, por más que de vuelta de página siempre estás vos. Yo perdí la noción del tiempo con tus besos y recuperé la paz mirándote a los ojos. Empiezo mi día pensando en vos, y termino mi día con vos, en vos. Tanto tiempo nos llevó darnos cuenta de que éramos así felices juntos, nunca antes me había puesto a pensar en que la felicidad está tan cerca cuando menos la esperas, gracias a Dios mi corazón estaba abierto de par en par y mi sonrisa nunca dejó de brillar, gracias a mis ojos porque pude verte, mi soledad me hizo bien porque así te encontré, gracias a la tristeza porque ahora es felicidad, gracias a las lágrimas porque ahora ya no están, gracias a vos por q u e d a r t e a s í, gracias A VOS por ser el modelo justo para mí, por hacerme
tan fe L iz.
El Principito.
[…] Me quedé de nuevo helado por un sentimiento de algo irreparable. Comprendí que no podía soportar la idea de no volver a oír nunca más su risa. Era para mí como una fuente en el desierto. —Muchachito, quiero oír otra vez tu risa... Pero él me dijo: —Esta noche hará un año. Mi estrella se encontrará precisamente encima del lugar donde caí el año pasado... —¿No es cierto —le interrumpí— que toda esta historia de serpientes, de citas y de estrellas es tan sólo una pesadilla? Pero el principito no respondió a mi pregunta y dijo: —Lo más importante nunca se ve... —Indudablemente... —Es lo mismo que la flor. Si te gusta una flor que habita en una estrella, es muy dulce mirar al cielo por la noche. Todas las estrellas han florecido. —Es indudable... —Es como el agua. La que me diste a beber, gracias a la roldana y la cuerda, era como una música ¿te acuerdas? ¡Qué buena era! —Sí, cierto... —Por la noche mirarás las estrellas; mi casa es demasiado pequeña para que yo pueda ...
Comentarios
Publicar un comentario