La llama que siempre arde

AMAR. Es que amar hace girar el mundo. Amarse más, quererse menos. Y así lo digo, porque amar es entregarse, es vencer el miedo. Querer es poseer, y en la vida cuanto menos posees más libre y feliz vivís. Por eso sostengo, dejen de querer, y empiecen a amar. La vida es demasiado corta, o demasiado larga, (quién sabe cómo lo medimos cada uno), para dejarnos aturdir por aquello que queremos y no tenemos. Quién más ama, más vive. Y no hablo sólo de amar a alguien… Hablo de amarse a uno mismo, amar el sol, la luna, nuestro trabajo, el olor a tierra mojada, amar la libertad de caminar con el sol en la cara y el viento de frente, hablo de amar nuestra tierra y su simple y particular belleza, hablo de todos los días detenernos a agradecer por abrir los ojos y poder vivir un día más, (o un día menos)… Y es que no quiero pasar por esta vida sólo existiendo, quiero vivirla con todo lo que vivir la vida implica, dolores y fortalezas, alegrías y tristezas, aciertos y errores, éxitos y fra...

Los grandes momentos de la vida están llenos de preguntas. Los grandes encuentros están llenos de interrogantes. Cuando llega el momento, uno cree haber contestado todas las preguntas, cree estar listo. Es en ese momento cuando uno cree tener las respuestas y reacciona... Pero siempre surgen nuevos interrogantes. Qué, cómo, cuándo, dónde, por qué. ¿Importa dónde estamos? ¿Hay que tener una razón para hacer todo lo que hacemos? Vivimos detenidos con preguntas. ¿A dónde vamos? ¿Cuál es el camino? ¿Qué sentido tiene? Nos llenamos de interrogantes... ¿Y sí no llego? ¿Y si no te encuentro? ¿Y si te pierdo? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? Todas las preguntas tienen la misma respuesta. ¿Qué es esto? Un viaje ¿Cómo llegué hasta acá? Viajando ¿Cuándo? Durante el viaje ¿Dónde estoy? En el viaje De regreso a casa, a la luna, al centro de la tierra o al interior de cada uno. El todo es un gran viaje en el que sabemos desde donde partimos pero no a dónde llegaremos... Y eso es lo m...